CRóNiCa

LA BELLEZA INTERNA DE UN SALON DE UÑAS

A las cuatro quince de la tarde se levanta la barrera de un estacionamiento público, la camioneta avanza hasta encontrar un cajón disponible. Nos bajamos de la camioneta y nos disponemos al elevador, lo abordamos y oprimimos el botón de planta baja, al llegar a ésta salimos de las instalaciones del estacionamiento y definimos nuestro curso por Av. Hidalgo dos cuadras hacia arriba, a tres tiendas específicas.
Llegamos a la primera y compramos seis esmaltes de brocha gruesa y dos paquetes de papel nido, pagamos la cuenta y nos dirigimos hacia la segunda tienda. Entramos y nos atendieron excelentemente bien, nos ofrecieron agua o coca cola y las dos accedimos a tomar coca cola. Comenzamos a observar los productos que ofrecen y escogimos lo que más nos gustó, seis glitters, tres cajas de tips de color, un par de separador de pies, seis esmaltes con brocha para decorar, y un pulidor y pagamos la cuenta.
Nos conducimos a la última y tercer tienda, ahí compramos doce stickers, cuatro paquetes de naturaleza muerta, dos paquetes de flores metálicas, y tachuelas en forma de estrella y flor. Pagamos la cuenta y volvimos al estacionamiento, lo pagamos y regresamos al salón de uñas.